sábado, 21 de junio de 2014

De qué trata este blog

La pasada semana, exactamente hace 4 días, me pusieron en una clínica de la cual obviaré el nombre por motivos más que evidentes, el balón intragástrico o balón gástrico. Una inversión que espero dé los resultados que en el folleto de la clínica y después de oír al especialista prometían ya que he tenido que "soltar" la nada despreciable cifra de 4.000 euros que para una mileurista como yo es una gran inversión y me atrevo a aventurar de riesgo ya que si los resultados no son los esperados me sentiré robada y estafada.



Mi situación no es tan dramática como la de muchas personas pero para mi estatura, 165 centímetros, y mi peso 95 kilogramos estoy catalogada como obesa, así que no tanto por no gustarme o gustar a los demás pero sí para evitar problemas de salud en el futuro decidí pasar por quirófano y que me pusiesen un balón gástrico.

No pienses mal, no he estado siempre tan gorda como ahora pero hace cinco años, ahora tengo 35 años, caí en una depresión que solucioné abusando de la comida, sobre todo de los dulces, sí, la típica historia de Hollywood pero la mía sin final feliz ya que no he logrado recuperar mi peso.

Seguro que si me lees pensarás, qué persona más vaga, seguro que las únicas veces que has visto un gimnasio son en las películas o en anuncios de televisiones locales y vas a lo fácil pagar un dineral y arriesgarte a pasar por el quirófano. Pues bien estás muy equivocado/a he estado en el gimnasio más de lo que me gustaría y no he logrado perder demasiado peso pese a seguir una dieta, no me preguntes por qué ya que a mí también me gustaría saberlo pero el endocrino me dijo que era por mi metabolismo.

Bueno creo que como introducción está bastante bien, resumiendo, en este blog contaré mi experiencia con el balón intragástrico y comenzaré por contarte cómo me enfrenté al primer día, ahora que ya puedo escribir sin vomitar cada hora.

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